¿Culpas a los smartphones y tablets del mal uso que hacemos de ellos?

Sabemos que muchos andamos enganchados al Whatsapp o a otras aplicaciones y vamos andando por la calle cruzando pasos de peatones sin prestar demasiada atención a si el coche que viene va a frenar o no

No es raro encontrar mesas de terraza donde varias personas están cara a la pantallita reemplazando la comunicación directa analógica por la digital y creando burbujas de insociabilidad

Y lo que es más habitual aún es culpar a las nuevas tecnologías del mal uso que hacemos de ellas



Pensemos una cosa. Esa persona que va por la calle enviando Whatsapps. Si solo enviase 10 al día...

Supongamos que lo trasladamos 50 años atrás...

¿Cuánto tiempo necesitaría para enviar esos 10 mensajes?... ¿Cuánto tendría que esperar para recibir respuesta y actuar en consecuencia? Seguramente lo más rápido serían las llamadas telefónicas y los telegramas... ¿Estaría el destinatario en su sitio cuando lo llamase? Y si ese destinatario tuviese que consultar a otro para poder dar una respuesta... ¿Podría mantener dos llamadas abiertas a la vez y resolver ambas interacciones en unos pocos minutos? Está clara la conclusión: las tecnologías actuales nos dan un poder de comunicación, rapidez, ubicuidad y acceso al conocimiento, impensable hace tan solo unos años y digno de soñadores o locos visionarios, hace tan solo algún siglo

Luego el problema no está en que enviemos 10 o 20 Whatsapps al día. Bien lo sabe el que tiene un negocio y lo usa para quedar con sus clientes. El problema está en que esos 10 o 20 mensajes no aporten nada a tu vida, salvo la pérdida de tiempo y la evasión del momento presente

Si las nuevas tecnologías van a servir para eso, para aislarse, para depender de ellas, para buscar en ellas lo que no encontramos en la vida real... Entonces si debemos temerles y mantenerlas muy a raya


Los mensajes de texto son una brillante forma de malcomunicar cómo te sientes y de malinterpretar lo que otros piensan

Pero seamos claros, la culpa no es del objeto ni de la tecnología. Sino del mal uso que hacemos de ella. Si alguien se mete con un coche en una autopista en sentido contrario, a nadie se le ocurre pensar en prohibir los coches o las autopistas

Pongamos otro ejemplo: En el metro de cualquier gran ciudad,  dos personas van sentadas juntas, cada una con su móvil. No levantan la cabeza del mismo hasta que ambos se bajan en la misma estación. En total han estado 20 minutos desde que se sentaron hasta que se fueron

El primer viajero estuvo leyendo chistes y frases chulas por el Whatsapp durante un rato, luego saltó al Facebook y estuvo curioseando sobre los perfiles de amigos y conocidos y finalmente se puso música y los auriculares, minutos antes de bajarse del metro, no sin antes ver si había alguna novedad por Twitter

El segundo también estuvo un rato contestando y enviando mensajes. Pero el primero fué para enviarle un "te quiero" a su mujer, envuelto de rosas. Para quedar con un amigo a comer ese mismo día empleó otros 3 o 4 minutos. Luego entró también al Facebook, pero para ver si la competencia seguía publicando fotos de su nueva línea de productos y los precios continuaban fuera del rango promedio que buscaban sus clientes. Por último también sacó los auriculares y se los puso antes de bajar; tenía que repasar las lecciones de inglés y mejorar la audición, pues estaba pensando en exportar en breve

El primer sujeto ha usado su móvil para evadirse. El sacrificio de tiempo y atención al momento presente han sido en vano, pues a penas ha tenido beneficio en su vida real todo el tiempo que ha dedicado al móvil

El segundo también se ha perdido admirar el momento presente, pero ese sacrificio le va a dar beneficios mayores a lo que haya podido perderse en ese rato por estar de cara al móvil. En ese rato está mejorando su inglés, está pensando cómo mejorar sus productos y tomar conciencia que los precios son un factor importante que le impide aspirar a clientes más grandes con su potencial actual. Y seguramente a la noche cuando llegue a su casa, su señora le agradecerá debidamente el mensaje de amor que tan extrañamente le ha enviado esa mañana. Además no comerá solo gracias a que ha quedado con su amigo

Claramente el primero está perdiendo el tiempo con las nuevas tecnologías y el segundo está perdiendo un tiempo que seguramente vale menos que lo que obtiene a cambio. Por lo que está haciendo un uso inteligente de las nuevas tecnologías

El potencial de las nuevas tecnologías es brutal. Tanto si lo usamos malamente para perder el tiempo como si lo usamos para nuestro beneficio

¿Dónde radica la diferencia entre perder el tiempo y aprovecharlo con estos aparatos? Un claro indicador es la consecuencia que en tu vida real analógica tienen tus acciones digitales

Me explico con otro ejemplo: Una persona pasa 6 horas al día cara al ordenador ¿Es mucho? ¿Poco?

-Si las pasa en su trabajo y ha de ser así, porque su trabajo requiere de un ordenador, es lo justo y necesario para cobrar a fin de mes, evidentemente si los resultados acompañan

-Si está estudiando una carrera a distancia desde un remoto pueblo rural, todo el tiempo que dedique será mucho menor al esfuerzo y gasto de desplazarse a una ciudad a estudiar la misma carrera. Jamás diremos que pasa mucho tiempo cara al ordenador, en todo caso diríamos que pasa mucho tiempo estudiando (diferencia entre medio y fin)

-Si esas  6 h se dedican a comprar o a jugar en casinos online. Será una barbaridad de tiempo pues muy pocos bolsillos pueden soportar ese ritmo

-Si se  pasan jugando a videojuegos. Será demasiado, pues está dejando de hacer cosas más importantes para su vida. Todo cambiaría si viviese de los videojuegos como profesional. Entonces... dependerá de a cuánto le salga la hora, Hay quien gana auténticas fortunas, tanto jugando como enseñando a jugar. Volvemos a lo mismo. Si eres jugador profesional, tanto el juego como el tiempo que le dedicas son medios para vivir en el mundo real, comer, pagar facturas...

Luego... si empleas la tecnología para crecer, aprender, trabajar, comunicarte, y tus acciones digitales tienen repercusiones positivas en tu vida real analógica; estás haciendo un buen uso y por lo tanto tus límites humanos son mucho menores que los de aquel que no usa la tecnología o la usa malamente

Si por el contrario. Tus acciones digitales a penas tienen repercusiones en tu vida real analógica o las que tienen son negativas (aislamiento, insociablilidad, procrastinación), no es de extrañar que culpes a los dispositivos o a la tecnología en general, del mal uso que haces de ella. Después de todo, no podemos negar que es muy fácil distraerse con ella

Tu decides cómo usar las nuevas tecnologías... porque me temo que renunciar, no es posible ya

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